La isla de São Miguel, situada en el grupo oriental de las Azores, a unos 1900 km de Lisboa, es la mayor isla del archipiélago, además de ser la más poblada (unos 130.000 habitantes).
Esta isla constituye el «origen» de este blog, puesto que es aquí donde nos conocimos y donde vivimos durante más de un año. Es difícil conseguir resumir todo lo que esta isla puede ofrecer en una sola entrada, pero vamos a intentar mostrar los más importante.
También llamada la «isla verde», la isla consta principalmente de tres complejos volcánicos. El primero que nos encontramos, en el extremo oeste de la isla, es el volcán de Sete Cidades, que cuenta con multitud de «lagoas» (lagunas). Destacan la Lagoa de Santiago, y especialmente la Lagoa Azul y la Lagoa Verde. Cuenta la leyenda que antiguamente, una princesa mantenía una relación de amor secreta con un pastor, pero que en cuanto el rey la descubrió, éste decidió contruir una muralla que separara a la princesa del pastor. A partir de entonces, cada noche la pareja se aproximaba a la muralla, uno a cada lado, para intentar ahogar sus penas, y de tanto llorar se originaron la Lagoa Azul (por las lágrimas de la princesa) y la Lagoa Verde (por las del pastor).
Más o menos en el centro de la isla, se encuentra la que para nosotros es la lagoa más bonita de la isla: la Lagoa do Fogo. Ésta es la lagoa situada a más altitud de la isla, y presenta siempre un precioso azul, desprendiendo algo mágico que no tienen el resto de lagoas.
En las faldas de este volcán se encuentra el Monumento Natural de Caldeira Velha, una zona de abundantes cascadas que caen formando pozas de agua caliente, debido a la actividad geológica de la zona. Bañarse en estas aguas calientes, rodeados de una espesa y frondosa vegetación, te hace viajar al Jurásico.
Ya más al este, encontramos la Lagoa das Furnas, muy peculiar por su olor a azufre debido a las numerosas emanaciones que surgen del interior de la tierra. Es allí donde se cocina el «cozido das Furnas», un típico cocido cocinado en agujeros excavados en el suelo durante horas, y donde se puede disfrutar también de baños medicinales en agua caliente.
A pesar de no ser un destino de playas, São Miguel también ofrece playas de arena, ideales para relajarte. Una de nuestras favoritas es la praia dos moinhos, en el norte de la isla.
Además, los numerosos miradores a lo largo de toda la isla, te permiten sentirte siempre en el medio del océano.
Y es que esta isla ofrece de todo: lagoas de preciosos colores, baños termales, playas, miradores, bosques… En fin, ¡un precioso jardín gigante!
Gran isla y mejor persona!!
Precioso jardín!